Entrevista pilatera
Hoy os dejamos una entrevista con una paciente y pilatera que esperamos os guste ^^
Cuéntanos, ¿Cómo llegaste a la clínica?
Cuando llegué aquí no tenía ni esperanzas, ni ilusiones ni nada, me dolía tanto, tanto médico, pastillas, inyecciones, pruebas… me dijeron que era lumbalgia, pero no se me iba con nada. Así que vine aquí porque Julio ya había tratado a mi hijo y me había gustado como hablaba y como lo trataba, pensé “mi última esperanza es esta”. Me vine aquí y empezó a explicarme bien lo que tenía y yo lo entendía (no como hasta ese momento). Hace un poco también de psicólogo y me dio a entender que yo podía superarlo, mi cabeza empezó a trabajar un poco más y cuando vine la segunda vez ya me encontraba con más fuerzas, aunque aún me doliese y tuviesen que ayudarme a subir a la camilla, y a medida que iba avanzando iba cada vez mejor y la verdad es que me trató muy bien y tuvo mucha paciencia.
Luego conocí a Cris que es estupenda y maravillosa, con mucha paciencia, me encanta su forma de ser y su vitalidad, es una cosa que se pega a los demás. Yo siempre he sido optimista, vital y me ha gustado ver las cosas de color de rosa pero no las veía así; las veía negras, como un pozo en el que me iba hundiendo, cogí un poco de depresión también, no levantaba cabeza. No me conocía ni yo misma, ni mis hermanas, ni mis amigas… me preguntaban “¿Pero qué te pasa?” y yo no lo sabía, era tal el dolor que tenía que no iba cara al aire. Pero vine aquí y las puertas de la esperanza se me abrieron, estuve genial, conocí a gente y la verdad es que estoy contenta, muy contenta. Cada vez hago más cosas y ansío ponerme mejor
¿Cómo fue el momento en el que te dijeron que ibas a pasar de la camilla a trabajar en el gimnasio?
Pánico, sentía pánico, porque había oído hablar del pilates pero me habían dicho que era un poco agresivo y difícil y la verdad es que tenía miedo, tenía miedo de venir. Pero luego empecé y me sorprendo día a día, pienso “yo eso no lo hago, no lo hago, no lo hago” y al final lo hago, bien o mal, pero lo hago y me gusta.
¿Qué cambios ves en ti misma desde la primera vez que viniste a la clínica? Por que ha pasado ya más de un año
Estuve dos meses primero con Julio y luego otros tantos solo contigo, aprendiendo a caerme, que me daba miedo pero lo superé. Y noto cambio sobre todo en el humor, no tenía ganas de nada, siempre tenía dolor, parecía María Dolores. Pero he cambiado mucho, he vuelto a sentir las ganas de hacer cosas, que antes no las tenía, no intentaba hacer nada, me sentaba y dejaba pasar las horas y ahora mejor, estupenda, ahora tengo ganas de hacerlo todo.
¿Qué cambios crees que te ha aportado el pilates?
Todos, de movilidad, de todo, porque prácticamente nunca había hecho gimnasia y ahora tengo más ganas de hacerlo todo, aunque a veces pienso “qué difícil es, no lo hago”; no, lo intento. Por lo menos intento hacer cosas que antes ni se me habrían ocurrido intentar; pero ahora sí, bien o mal pero lo hago.
En tema pilates ¿Qué creías que nunca ibas a conseguir y un día de repente te diste cuenta de que te había salido?
El simple hecho de tocarme los pies, de llegar al suelo. Simplemente el decirme a mí misma “puedo”, no lo había hecho nunca. Además, había empezado a engordar, me dio por comer con la ansiedad y ahora he perdido 10 kilos, me entran ganas de hacer dieta y seguirla, porque te cambia el chip, te sientes mejor y es como si vieras por primera vez el mar, esa sensación que te da.
¿Qué ha sido lo más duro para ti de este proceso y en que te ha beneficiado el deporte?
Lo más duro ha sido moverme, no tenía nada de motivación. Cuando hacía un ejercicio pensaba “ya no vengo”, “este es el último día”, “me voy y no vengo”, porque me costaba mucho hacerlo, el simple hecho de agacharme, notar como mi espalda hacia “¡crack!” y lo veía mal, fatal. Ahora todos esos ejercicios que no podía hacer los hago y me gusta. Veo la vida diferente, mi frase favorita dice “Pinta la vida del color que quieras” y ahora la estoy pintando de colores alegres y divertidos, se acabaron los colores negros, sin brillo y sin nada, me gusta el cambio de actitud que estoy tomando.
¿Qué consejo le darías a la gente que está pasando por un momento parecido al tuyo?
Yo les diría que no piensen “no me voy a curar”, que era lo que yo pensaba, tienes que curar también tu mente, es muy importante; porque, aunque te duela, si piensas “ay, mañana me va a doler más” no vas a avanzar. Así que yo aconsejaría que pusieran su mente en blanco cuando vengan, que cojan todos los consejos que les deis y que hagan todo lo posible por salir, por salir de donde están. Es como una pequeña depresión en la que te vas metiendo, ese dolor es malo, a mí me había dolido la espalda, pero nunca así. Tienen que venir, probar, quitarse la vergüenza y conocer a gente.
¿Consideras que para recuperarse, a parte del trabajo en camilla, es necesario hacer deporte (sea el que sea)?
Sí, yo creo que sí. Moverse es algo imprescindible en la vida. Yo nunca había creído en esto, me encantaba el deporte pero verlo por la tele, hacerlo no. Ahora que lo he probado sí, me gusta, yo le diría a la gente que viniera, probase, se probase a si misma que es lo más importante, porque a veces piensas “yo eso no lo voy a hacer, soy inútil” y ahora sí, ahora cuando no vengo lo echo de menos. Es como cuando empiezas a comer chocolate que cada vez te gusta más, el pilates es mi chocolate ahora.
Para acabar ¿qué te gustaría añadir o comentar acerca de este proceso?
Para mí la experiencia ha sido muy agradable, reconfortante, esperanzadora, grata es que es todo, tengo una profesora que es un cielo, me encanta como es, te transmite su alegría y afán por vivir. Me encantan mi profesora y mi fisio. Ha sido una experiencia muy agradable y se la recomiendo a todo el mundo, ya casi he convencido a mis hermanas y a mis sobrinos.